Se escuchaba las fuertes lluvias de exterior golpear la mansión de los von Hayek. Allá por Alemania corrían tiempos complicados con la aparición de demonios, todo el mundo estaba preocupado por su existencia, sin embargo, los héroes del tiempo eran aquellos que se dedicaban a erradicarlos de manera altruista, para mantener la seguridad de los civiles, sin embargo, ese día los héroes fallaron y no respondieron al grito de auxilio. El ruido exterior resultaba atronador, pero todavía lo era más los bramidos de dolor de los von Hayek. Demonios habían irrumpido en la noche en la mansión en busca de vidas humanas, y consiguieron lo que querían, llevarse la vida de los padres de Dennis y de su hermana mientras el menor observaba escondido. La imagen quedó grabada en su mente a fuego, el del cuerpo de sus allegados totalmente destrozados en el suelo y las paredes de lo que era su hogar totalmente bañadas en sangre. El baño de sangre duró horas, eternamente se había quedado encerrado en ese armario, hasta que una vez había escuchado el silencio, salió. Sus ojos no podían dejar de lagrimear, a penas podía dirigir la mirada a los cuerpos inertes, y menos reaccionar de alguna manera. Dennis ese día murió un poco más como humano, rompiéndose poco a poco su alma, que aparentemente, iba a ser salvada. Esa misma noche tras el desastre, un grupo de personas llegaron a la mansión, cazadores. Todos armados inspeccionaban pacientes la carnicería, hasta encontrarse al niño llorando desconsoladamente por la pérdida. Allí es donde comenzó su historia, como se forjaría el hombre que es ahora. Dennis se había quedado solo en el mundo, sin embargo aquel grupo de personas decidieron llevárselo.
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Se hacían llamar AETHER, una organización de cazadores de demonios. Actúaban en las sombras para no llamar la atención y completaban los trabajos más peligrosos. Dennis fue llevado ante el líder, siendo adoptado prácticamente como su hijo. Desde ese momento, su duro entrenamiento comenzó. Le enseñaron a defenderse, como pelear contra esas bestias del averno y sobre todo, como sobrevivir. Estaba a años luz de sus demás compañeros, ya que estos mostraban ciertas cualidades que una persona normal no tenía. Creció en ese ambiente, haciéndose a su nueva vida y aprendiendo todo lo que debía, hasta que un día, en una cacería, cayó. Fue emboscado, tomado por sorpresa y herido de muerte. Rápidamente fue llevado a quirófano donde comenzó una de sus muchas torturas. Experimentaron con él, todo formaba parte de un plan mayor para potenciar las habilidades de los humanos hasta llevarlas a los límites, convertirlos en superhombres, y ahí, es donde Dennis puso su granito de arena como conejillo de indias. Por suerte, su vida no corrió peligro, pero nunca más volvió a ser el que era. Para sopresa de los científicos, su cuerpo logró asimilar las nuevas substancias y los cambios bruscos que su metabolismo y cuerpo habían sufrido, él pensaba que seguía como siempre, pero totalmente lo contrario.
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Se volvió un arma temible, después de su recuperación volvió a las andadas, todo en él se había multiplicado por diez, su padre adoptivo satisfecho con los resultados lo mandaba a cada vez misiones más peligrosas, trabajos totalmente fuera de la mano de una persona normal demostrando su valía. Pero todo se reducía a ser un objeto. El cariño que había recibido antaño se había vuelto en crueles órdenes. Dennis creía que porque le habían salvado la vida una vez más, se lo debía, pero una madrugada de insomnio descubrió que era todo realmente. Vagaba por los pasillos de la base sin destino aparente, sus pasos confusos le llevaron a una sala de laboratorio, donde encima de la mesa yacían una serie de documentos. Sobre la tapa de una de las carpetas se podía leer "Proyecto Aetheryte". El muchacho no podía creerse todo lo que estaba viendo ahí, fotos de su familia, de su casa, sacadas todas desde fuera, documentos escritos con todas las rutinas que él solía tomar y muchos datos médicos sobre su persona. Allí es cuando comenzó a comprender todo. Aquel ataque, aquella noche tan fría de invierno, aquello no había sido casualidad, aquello estaba todo planificado, y lo peor de todo es que había estado sirviendo a los asesinos de sus padres. Seguía leyendo el documento, incluso el hecho de que fuera emboscado y prácticamente llevado al borde de la muerte era parte del plan. Sus intenciones eran crear un arma perfecta, el cuerpo de Dennis era apto para soportar aquellas sustancias que lo habían cambiado por completo. La voz de su padre adoptivo se levantaba a su espalda, mientras leía.
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― Tu familia se mostraba reticente a darnos, así que tuvimos que obligarles de una manera especial a que tuviéramos acceso a ti. Tu vida nos pertenece ahora Dennis.
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― ¿¡Estás de broma!? me has traído aquí solamente para utilizarme como un arma, has matado a mi familia y casi me matas a mi solamente por conseguir tus propósitos, ¿qué pensabas hacerme hacer? ¿seguir matando para ti y que nadie se interpusiese en tu camino? todo es más sencillo cuando alguien hace el trabajo sucio.
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― Eres defectuoso, como muchos anteriores, tu voluntad te ciega y no nos sirves para nada más. Habría sido más sencillo si te hubieses reducido a solo cumplir órdenes. Sabes demasiado como para dejarte libre, aquí acaba tu historia, chico.
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Lo que no habían pensado que ese ser defectuoso que ellos creían haber creado, era capaz de hacer muchas más cosas que ellos creían. Fue imposible para ellos detener al chico, pudo escapar con éxito de aquellas instalaciones. Se sentía traicionado, fuertemente engañado. Podría haber repetido la matanza de antaño allí dentro, pero su propio ser lo impidió, sonaba estúpido, podría haber vengado a toda su familia allí, pero su mente necesitaba reflexión. Había sido dotado de un don, o quizá de una maldición, en sus manos tenía muchas decisiones, y acabar con la vida de sus captores no era una de ellas. Comenzó a vagar por el mundo sin lugar donde quedarse, en calidad de fugitivo. No solo tenía que levantarse y luchar contra aquellos que más odiaba, si no también contra aquellos que él creía sus amigos más cercanos.
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Se había convertido entonces, en un vengador.
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